Con una gran emoción, convicción, pero sobre todo con el único afán de servir, asumo hoy el cargo de Director General del Centro de Enseñanza Técnica Industrial. Asumo esta gran responsabilidad en tiempos inciertos, llenos de retos y oportunidades en una institución que requiere transformarse para salir de un periodo de inercias e incertidumbres.

Asumamos todos la tarea de llevar esta institución al lugar que se merece, regresémosle la grandeza que siempre ha tenido, asumamos un compromiso individual desde la trinchera que nos toca.

El CETI no sólo ha sido formador de grandes tecnólogos e ingenieros altamente capacitados y competentes, sino que ha sido parte importante de la generación de recurso humano que dio sustento a la migración de grandes empresas tecnológicas y la consolidación de una industria local soportada por mentes brillantes, pero sobre todo recurso humano muy comprometido. Sigamos haciendo honor al enorme legado heredado de la UNESCO, a hombres tan ilustres como el ingeniero Jorge Matute Remus, a la tradición creada en las familias de nuestra entidad de confiar generación tras generación a nuestra institución. No renunciemos a nuestra herencia, hacerlo significaría despojar los valores fundamentales, desvirtuar su esencia misma y renunciar a lo que siempre hemos sido.

Por ello, hoy más que nunca como comunidad CETI reconocemos la necesidad de reformarnos, retomando el rumbo que por momentos pareciera que se ha perdido, es necesario mantener y fortalecer esos principios fundamentales que siempre nos han regido. Seguimos siendo el proyecto educativo, científico y tecnológico más importante en nuestra región, construido a través de muchas generaciones que han creído en él. Hoy debemos proyectarlo con fuerza y con inteligencia hacia este futuro tan incierto.

Asumamos el enorme reto que nos ha impuesto este momento histórico de pandemia y de educación a distancia; haciendo uso de los recursos tecnológicos, trasformado nuestras prácticas, haciendo significativa en la medida de nuestras posibilidades y recursos la enseñanza que impartimos.

Tenemos enormes retos que inician desde la vinculación, viabilidad económica, investigación, matricula, deserción, desinterés del alumnado, reprobación, deterioro y obsolescencia de infraestructura y equipamiento, entre muchos otros. Ésta no es tarea para un solo hombre, ni menos aún de un solo grupo, es tarea de todos: académicos, alumnos, trabajadores, órgano de gobierno, academias y, por supuesto, autoridades.

Quien no lo entienda así poco podrá ayudar. No veo en el futuro otro camino más que el de la construcción de un gran consenso en nuestra comunidad. Un consenso que nos una, que nos fortalezca, que nos estimule, pero, sobre todo, un consenso que nos enfoque hacia la grandeza. Para tal efecto deberemos hacer usos de todas los mecanismos y herramientas disponibles que nos permitan la inclusión de todo aquel que tenga algo benéfico que aportar, una postura que defender, un proyecto constructivo a desarrollar.

Un CETI a la medida de nuestros sueños y aspiraciones es posible si decidimos hacerlo entre todos, espero que así sea por el beneficio y la grandeza de esta entrañable institución, de esta mi casa, nuestra casa.

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